¿Cómo sientes tu cuello después de un largo día de trabajo? ¿Como si hubieras estado cargando un saco durante horas? No es extraño, porque ése es precisamente el efecto que deben soportar tus cervicales cuando inclinas tu cabeza hacia delante y hacia abajo al utilizar el móvil, el portátil u otros dispositivos electrónicos.
Y es que la cabeza humana pesa alrededor de 5kg. Las vértebras cervicales y la musculatura que la rodea están preparadas para sostenerla, pero una mala postura puede multiplicar ese peso considerablemente: inclinando tu cabeza tan solo 15º, tu columna tendrá que soportar 12kg. de presión…. ¡y hasta 22kg. si la inclinas 60º!
Seguro que ahora mismo estás calculando cómo está colocado tu cuello al leer esto, y eso está muy bien. Porque una vez más, la toma de conciencia -esa actitud que te permite poner luz sobre algo- es la clave para evitar la mayor parte de estas alteraciones ligadas a un uso poco saludable de la tecnología.
Según los expertos, la mala postura al mirar los dispositivos puede causar con el tiempo dolor cervical o de espalda, rigidez cervical, cefaleas, afectar a los nervios o vértebras de la zona e incluso reducir la capacidad pulmonar, entre otros problemas. ¿Cómo podríamos prevenirlo? Comparto contigo algunas recomendaciones:
- Mantén la pantalla del dispositivo (móvil, tablet…) en una posición ligeramente inferior a tus ojos para que tus cervicales estén en una posición neutra y no flexionada.
- Mantén el cuello recto y la cabeza erguidos, pero sin forzar, de manera que tus orejas estén en la línea de tus hombros. Puede ayudarte, al menos hasta que consolides tu nuevo hábito, visualizar un hilo que tira ligeramente de tu coronilla desde el techo.
- Disminuye el tiempo de uso de este tipo de dispositivos y haz una pausa cada 15 minutos. En estos descansos, recupera la postura natural de tu cabeza y realiza algún estiramiento, aunque sea unos segundos.
- Comprométete a prestar más atención a tu postura cuando usas este tipo de dispositivos.
- Si sueles enviar mensajes de texto, utiliza en lo posible las notas de voz en lugar de escribirlos.
Éste no es más que otro ejemplo de cómo la velocidad a la que el ser humano ha ido creando, con su inteligencia, es mucho mayor que la de su cuerpo para adaptarse a dichos cambios. Para ayudarle, el primer paso es activar la conciencia: cuando vuelvas a utilizar un dispositivo de los mencionados, acuérdate de que sea él quien se acerque a tu cabeza, y no al revés. ¡Verás cómo mejora tu bienestar corporal al final del día!
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