Infecciones recurrentes y sistema inmune

¿Eres de los que sufres cuatros amigdalitis en un año, tres cistitis en cuatro meses, cándidas o herpes en el labio cada vez que estás bajo estrés? El tratamiento médico es importante para tratar los síntomas iniciales de cualquiera de estas infecciones recurrentes, pero ¿qué más puedes hacer, de manera proactiva, para reducir o evitar estos episodios?

¿Qué son las infecciones recurrentes?

Las infecciones de repetición son aquellas que se presentan con mayor frecuencia en una persona, es decir, aparecen de forma periódica o vuelven a manifestarse después de un tiempo, de acuerdo con la edad del paciente, su entorno y el diagnóstico. Pueden afectar a distintas partes del cuerpo, como el tracto respiratorio, el urinario, la piel o cualquier otra área propensa.

Hay varias razones por las que algunas infecciones pueden volverse recurrentes. Entre ellas, que el sistema inmunológico de una persona no esté funcionando correctamente o que sea débil, lo que dificulta la capacidad del cuerpo para curarse de manera efectiva previniendo su reaparición.

Infecciones de repetición y sistema inmune de mucosas

En todos los orificios de entrada del cuerpo (en el sistema otorrino, respiratorio, digestivo, urológico y genital) se encuentra el sistema inmune de mucosas, cuya finalidad es evitar que entren patógenos a nuestro cuerpo y desarrollar la llamada inmunotolerancia. Está formado por estos cuatro elementos y se replica así en todo el cuerpo.

El primero es la microbiota, un ecosistema vivo de microorganismos con funciones como la de protegernos o la de liberar ácidos grasos de cadena corta que son antiinflamatorios naturales. También está la capa de moco que tiene una función de barrera importante; y la mucosa en sí donde se libera IgA, un betadine natural que limpia la superficie.

Por último, encontramos el sistema inmune en sí. ¿Sabías que la extensión más grande de tejido MALT está en el intestino? Es por ello que es el gran cerebro del sistema inmune de mucosas, y si no está bien, es frecuente que sucedan distintas infecciones recidivantes.

El estrés, una mala alimentación o el consumo excesivo de fármacos como antibióticos o antiinflamatorios pueden dañar este sistema. Sabiendo todo esto, puedes observar qué sucede con esas infecciones:

Fíjate en tu sistema digestivo

Descubre cómo son tus digestiones, cómo es tu ritmo intestinal, si se hincha o no tu tripa al comer, si toleras bien todos los alimentos, si tienes muchos gases, cómo es la consistencia de tus heces, si son fétidas o no… Si tienes algunos de estos síntomas, es muy probable que haya una disbiosis, es decir, una alteración en la microbiota estabilizadora del medio intestinal. Repararla contribuirá a mejorar estos cuadros.

Dieta antinflamatoria

Sigue una dieta mediterránea antiinflamatoria durante 3-4 semanas. Retira el gluten del trigo, el centeno y la cebada y consume gluten de espelta, kamut o avena así como cereales sin gluten como bulgur, arroz, trigo sarraceno o quinoa. Evita los azúcares, el chocolate, los lácteos de origen animal, el alcohol, el tabaco, el café y el té negro.

Incorpora hábitos saludables

Adquiere una serie de rutinas beneficiosas que te ayuden a reducir el impacto del estrés del día a día, tales como respetar tu tiempo de sueño o practicar deporte 2 o 3 días por semana. Para saber qué ocurre con las infecciones de repetición, también es conveniente que incluyas la rutina de relajarte de manera proactiva al finalizar tu día.

Y ahora que ya sabes qué son las infecciones recurrentes en adultos, cuáles son sus causas, y su relación con el sistema inmune de mucosas, cambia tu mirada y recondúcela hacia el sistema digestivo para evitarlas.

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