Los hombres viven cada vez más… ¿y las mujeres menos?

Según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, la esperanza de vida en el 2031 será de 83,3 años para los hombres y de 88,1 para las mujeres. 20 años más tarde, se espera que los hombres alcancen una media de 86,9 años y las mujeres de 90,7. Ambos géneros, por tanto, van a aumentar su esperanza de vida. Sin embargo, la brecha actual se va a reducir en casi 2 años en favor de los hombres…

¿Cuál es el motivo de esta reducción? 

Se ha hablado frecuentemente de las consecuencias de la incorporación de la mujer al mercado laboral. Es cierto que este hecho ha provocado la adopción de peores hábitos de vida en la mujer: ha generado un estrés creciente y un aumento del sedentarismo, además de afectar negativamente en el cuidado de la alimentación y del descanso. 

No obstante, los expertos señalan que este empeoramiento en nuestras costumbres no se vincula solo con el trabajo y que, en general, las mujeres nos estamos cuidando peor. Por ejemplo, consumimos más alcohol que antes. Además, aunque tanto hombres como mujeres fuman cada vez menos, las mujeres lo hacemos aún en mayor medida que ellos.

Todos estos factores de riesgo están aumentando las enfermedades cardiovasculares, la obesidad o el cáncer en la mujer del siglo XXI. Por ello, la incorporación de la mujer al mundo laboral ha de ir acompañada de un autocuidado consciente, evitando adoptar conductas y hábitos que fueron muy masculinos en otros tiempos. 

¿Qué podemos hacer para revertir esta tendencia? 

Podemos empezar por seguir las recomendaciones que hace la OMS al respecto: 

  • Cuidar la alimentación con una dieta mediterránea. Según un informe publicado este mismo año en LANCET, cambios adecuados en la dieta podrían evitar hasta 11 millones de muertes prematuras al año.
  • Realizar actividad física regularmente. Solo con 30 minutos de actividad física diaria se puede evitar una de cada 12 muertes prematuras.
  • Cuidar de nuestro sueño. El tiempo de descanso tiene un claro impacto en la longevidad, acelerando el deterioro cerebral en el Alzheimer y pudiendo traducirse en obesidad, diabetes y patologías cardiovasculares.
  • Gestionar correctamente el estrés
  • Evitar el tabaco y el alcohol

En el siglo XXI, la salud es un talento o una competencia que hemos de aprender a desarrollar. Más del 60% de las enfermedades se vinculan con los hábitos de vida que llevamos. Por tanto, es imprescindible informar, educar y acompañar a las mujeres para que puedan desarrollarse plenamente en sus facetas profesionales y personales, ¡pero con buenos hábitos y con salud!

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