Mucosidad en las heces: ¿Qué significa exactamente?

El moco que fabrican las células caliciformes, presentes en el sistema digestivo y respiratorio, sirve para lubricar y proteger los tejidos, por lo que una pequeña cantidad de mucosidad en las heces puede ser normal. No obstante, si aparece en exceso o junto con otros síntomas, es posible que existan enfermedades subyacentes que deben ser estudiadas por un médico.

Moco en las heces: Causas

Existen dos causas de moco en las heces más frecuentes: la deshidratación y el estreñimiento, aunque ambas condiciones pueden autoregularse o tratarse mediante fármacos. Sin embargo, las modificaciones en los niveles de dicha sustancia viscosa pueden atribuirse a los siguientes trastornos:

Infecciones intestinales

Al igual que al resfriamos por un virus o una bacteria padecemos más mucosidad en la nariz o en la garganta, las infecciones bacterianas, virales o parasitarias en el intestino pueden irritarlo, lo que produce más cantidad de caca con moco.

Estas infecciones suelen producir síntomas como diarrea, dolor abdominal y fiebre, aunque debe ser el médico quién evalúe el diagnostico y tratamiento.

Síndrome del intestino irritable

En otras ocasiones, la mucosa se puede inflamar a causa del estrés o como consecuencia de ciertas alteraciones en el sistema nervioso. Los síntomas más frecuentes son dolor cólico, hinchazón abdominal, gases, y ritmo intestinal alternante que oscila entre la diarrea con moco (o sin él) y el estreñimiento.

Antes de diagnosticar el SII se han de descartar infecciones o alergias que pudieran irritar el intestino.

Enfermedades autoinmunes del intestino

Otras veces, la inflamación del intestino se debe a enfermedades en las que el sistema inmune no reconoce como propias algunas partes del cuerpo y las ataca mediante la fabricación de anticuerpos frente a estructuras propias del intestino. En los casos de enfermedad inflamatoria intestinal, la mucosa se inflama y se produce una mayor liberación de moco, y según el tipo de afectación hablamos de colitis ulcerosa o de la enfermedad de Crohn.

Es frecuente que las heces con moco blanco vayan acompañadas de sangre, y otros síntomas tales como cansancio, pérdida de peso, dolor abdominal y diarrea. Por ello, su diagnóstico se realiza mediante un estudio digestivo completo que incluye una colonoscopia con biopsia.

Alergias o intolerancias alimentarias

La forma que tiene el sistema inmune de defenderse es generando una inflamación, bien sea por la llegada de un parásito, por la acción de un auto-anticuerpo, o frente a determinados alimentos, dando lugar a una alergia o intolerancia alimentaria. Así pues, los alimentos que comúnmente desencadenan esta respuesta incluyen los lácteos y el gluten, aunque cualquiera puede generar esta reacción.

Es aconsejable en estos casos hacer un diario de alimentación para averiguar la conexión entre la presencia de mucosa en las heces, diarrea o gases, y el consumo de algún alimento en particular. No obstante, es importante consulta con un médico esto síntomas.

Cáncer colorrectal

La mucosidad en las heces debido a un cáncer es la causa menos común. Pero, si se suceden otros síntomas preocupantes, como sangre en las heces, pérdida de peso inexplicada o cambios en los hábitos intestinales, lo más recomendable es buscar atención médica de inmediato para obtener el diagnóstico correcto.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico y tratamiento de la presencia de moco en las heces y gases dependen en gran medida de la causa subyacente. Cuando se presenta de manera esporádica y no está acompañado de otros síntomas más preocupantes, es posible que no sea necesario una evaluación médica inmediata. En estos casos, es aconsejable observar si persiste o se resuelve por sí mismo. Y es que, si está relacionado con la deshidratación o el estreñimiento, puede mejorar con una hidratación adecuada y una dieta rica en fibra.

Sin embargo, si las heces con moco y sangre son continuas o recurrentes, o si van acompañadas de otros síntomas, es fundamental buscar atención médica. El médico llevará a cabo una evaluación exhaustiva, que puede incluir análisis de sangre, estudios de imagen como colonoscopias o pruebas de laboratorio para descartar posibles afecciones subyacentes. El tratamiento dependerá de la causa identificada y puede variar desde cambios en la dieta y el estilo de vida, la prescripción de medicamentos específicos hasta procedimientos quirúrgicos en casos más graves.

En resumen, la mucosidad en las heces no debe ser ignorada, especialmente si se presenta de forma persistente o con síntomas adicionales, ya que no siempre entra dentro de lo normal. Un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno son esenciales para abordar cualquier problema subyacente y garantizar la salud gastrointestinal a largo plazo. Por lo tanto, siempre es aconsejable consultar a un profesional de la salud ante cualquier preocupación relacionada.

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